FIN DE NO GIRA: Egon Soda se despide de la era Bellaurora, el día 19 de diciembre, en la Sala Upload de Barcelona
Mientras la Sociedad Colonofilantrópica de Senegambia soñaba con dar un pelotazo económico en los territorios africanos ocupados por Francia, nunca se imaginó que solo pasaría a la historia por el desastre de uno de sus barcos comerciales: el Medusa y en especial por el cuadro que Géricault pintaría de una balsa con sus pocos supervivientes. Una reproducción de ese cuadro ocupa la cubierta de Bellaurora, el quinto disco de Egon Soda.
Tras casi dos años desde su salida, Egon Soda despide no solo a este álbum, sino también dice adiós a todo un ciclo vital. Desde Egonsoda, su primer disco, hasta Bellaurora han ocurrido muchos cambios (en la paleta musical, en los miembros de la banda…) pero el grupo de chavales de instituto que comenzaron a tocar juntos sigue fiel a lo que quisieron crear: un espacio de afirmación musical y seguridad emocional. Un hogar. Ahora toca ordenar la casa y tal vez pensar en repintar las paredes, tirar algún tabique y purgar el jardín. Egon Soda nunca soñó con dar un pelotazo, pero su balsa es más firme y segura ahora que cuando empezaron hace 20 años.
Gracias a Bellaurora, Egon Soda ha podido ir a lugares nuevos (incluido México), ha conseguido tocar en escenarios más grandes y más llenos y ha podido reafirmarse ante un público fiel y creciente, que pacientemente ha esperado cada uno de sus raros conciertos.
No es un secreto que Egon Soda toca poco en directo. Las agendas de sus miembros y sus compromisos con todo tipo de proyectos hace que sea muy difícil que tengan una trayectoria profesional al uso. Por eso prefieren referirse al próximo concierto que darán en la Sala Upload de Barcelona el próximo 19 de diciembre como «Fin de No Gira». Este concierto tendrá el peso sentimental de cerrar una etapa, pero sin la épica y la grandilocuencia que pueden permitirse las bandas grandes de este país. Será la despedida a un buen amigo en el petit comité de los que lo conocían bien.
Los seguidores y los medios suelen referirse a cada concierto de Egon Soda como un acontecimiento. Pero no por sus dimensiones o su espectacularidad, sino por la profundidad y la emotividad que desprende esa sensación de que cada vez que consiguen reunirse estos seis barbudos es un pequeño milagro y un recordatorio de que la amistad y la música todo lo pueden. Este próximo concierto en la ciudad que los ha visto crecer no va a ser menos. Repasarán títulos de todos sus discos y habrá alguna sorpresa en el repertorio y en el escenario.
Esperamos poder verte en él y que nos acompañes en esta pequeña celebración a contracorriente de nuestra familia, nuestra música y nuestros pequeños naufragios.
Falkner, Molero, Garrido, Bautista, Lavado y Pontón.
Bellaurora es el quinto disco de Egon Soda, banda de rock formada por Ricky Falkner (voz y bajo), Charlie Bautista (teclados), Xavier Molero (batería), Ricky Lavado (percusión), Pablo Garrido (guitarra) y Ferran Pontón (guitarra). Este sexteto, sito entre Barcelona y Madrid, lleva ya una larga andadura musical. La banda nació a finales de los noventa de la mano de Falkner, Molero y Pontón, que se conocieron en el instituto. Desde entonces, el grupo ha ido nutriéndose de las diversas experiencias musicales de sus miembros y de la incorporación de nuevos componentes: primero, Garrido, con el que grabaron su primer LP, Egonsoda (Cydonia, 2008), después Bautista y Lavado, con quienes han publicado El hambre, el enfado y la respuesta (Naïve, 2013), Dadnos precipicios (Naïve, 2015) y El rojo y el negro (Heart of Gold, 2018).
Las carreras individuales de cada uno de sus miembros (Falkner en Love of Lesbian, Iván Ferreiro o Standstill, además de una dilatada carrera como productor; Bautista con Jero Romero, Xoel López, Christina Rosenvinge o Tulsa, entre otros muchos y diversos proyectos de producción; Lavado con Standstill, Nudozurdo, Mi Capitán o La Joya; Molero con Iván Ferreiro, Inspira, Zahara, Mucho y un sinfín de discos que cuentan con sus baterías; Garrido con The New Raemon o Beth; Pontón en Mi Capitán) les han conferido una cierta áurea de superbanda, aunque ellos prefieren considerarse un grupo de amigos que tienen en Egon Soda su casa, donde se pueden desarrollar musicalmente a sus anchas y sin más objetivo que disfrutar con la música y construir un discurso propio sin limitaciones ni complejos.